Acabo de volver de las vacaciones de Semana Santa, de pegarme unos cuantos días haciendo nada a escasos metros de la ex-virginal playa de Conil de la Frontera (a la que dedicaré una entrada en la bitácora hoy o mañana). Todo bien, todo correcto.
Como digo, aún estoy deshaciendo las maletas, pero antes me he preocupado de encender el ordenata y revisar el correo acumulado durante casi una semana. Entre propagandas de software gratuito, Viagra a tutiplén (¿es que estos tíos del spam creem que todos los varones del mundo necesitamos que nos apuntalen el cilindrín, por Crom? El día que me haga falta ya me preocuparé de buscarla), boletines de noticias, y un par de recordatorios de la semanita que me espera profesionalmente hablando, había uno que he estado a punto de borrar, y si no lo he hecho ha sido porque reconocí el remitente de mi querido editor. El asunto del mensaje era: “Tú en japonés”. En un principio, creí que sería un nuevo tipo de spam en el que me ofrecían viajes a Japón o algún remedio oriental para fortalecer mi cochambroso pene (a juzgar por los cientos de mensajes que recibo/recibimos al respecto), pero ha resultado ser otra cosa muy distinta, algo que, personalmente, me ha llenado de alegría y orgullo: el editor de un fanzine japonés me pide la autorización para traducir y publicar uno de mis cuentos.
Qué fuerte, he pensado.
Y lo he hecho porque (como saben muy bien los que me conocen) soy un gran admirador de la cultura nipona. Como suelo escribir “cyberpunk”, por lo menos una gran parte de mi producción lo es, hay una gran influencia de la estética japonesa en mis escritos. Supongo que es eso lo que le ha gustado al tal Nakazima-san, por no mencionar que la protagonista femenina de la historia se llama Noriko. El cuento es “Deshacer el Mundo”, ganador del Premio Domingo Santos 2002, publicado en Artifex Segunda Época número 9, y posteriormente en el Fabricantes de Sueños 2004. Ahora lo será en el fanzine nipón LUNATIC, lo cual, ya les digo, me pone mucho.
Tenía razón, después de todo, el amigo Rubén Blades: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…